Mauro y Bruno Pitton no solo comparten un lazo de hermandad sino tambien ambos tienen la misma pasión por el fútbol, tuvieron la posibilidad de jugar el clásico santafesino y nos contaron como vivieron ese momento.

Artículo anteriorEl clásico fue tatengue. (22-3-16)
Artículo siguienteLO QUE TE DA TERROR. (24-3-16)