Foto: Somos Desear

Así lo dijo Gabriela Bruno, mujer con discapacidad santafesina, en el marco del lanzamiento de la campaña #SomosDeSeAr. También puso el foco en “la mirada infantilizada de la sociedad”.

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las mujeres con discapacidad toman la palabra en procura de defender sus derechos sexuales y reproductivos. A través de la campaña #SomosDeSeAr, el colectivo busca visibilizar la temática de la sexualidad y los obstáculos que se presentan en ese sentido.

Al respecto, mujeres de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Juan, San Luis, Catamarca, Salta, Jujuy, Tucumán, provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires asistieron a los talleres del Proyecto DeSeAr (Derechos Sexuales en Argentina) con inclusión. A través de un comunicado, precisaron que en nuestro país viven dos millones de mujeres con discapacidad.

Mujeres con discapacidad lanzan #SomosDeSeAr

Gabriela Bruno, mujer santafesina con discapacidad le dijo al programa televisivo Apto para Todo Público que “tenemos mucho problemas en común para acceder a la información, al sistema de salud, por ejemplo para explicarle a una mujer con discapacidad intelectual de qué se trata la intervención en su cuerpo al realizarse un papanicolaou o cualquier otra práctica en el cuerpo, las imposibilidades en el caso de la discapacidad motriz para acceder a los baños, consultas ginecológicas o acceder a la camilla, o como una mujer ciega puede acceder a los materiales que por lo general están en soporte papel”.

Agregó que “también nos encontramos con la mirada infantilizada de la sociedad, que ponen en duda la posibilidad de maternar, o cuando tenemos una pareja, pareciera que fueran héroes quienes deciden estar con nosotras”.

Consultada acerca de los objetivos en estas campañas, Gabriela Bruno dijo que uno de ellos es “reconocer las barreras que hay, cómo eliminarlas, hablar con un lenguaje llano con la comunidad en general, decidimos llevar adelante esta campaña para hablar de violencias institucionales, simbólicas, que hacen las dificultades que tenemos las mujeres para estar accediendo en la toma de la palabra, decisiones, poder, que se respeten nuestras voluntades”.

En cuanto a la primera barrera que reconoce, dijo que “es la mirada social, por suerte hubo muchas mujeres que pudimos romperla y estar acá, pero queremos que seamos todas, mujeres y disidentes con discapacidad”.

 

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