Foto: Prensa MSF

A las clases en los ocho ensambles y la Orquesta del Programa se sumaron ensayos virtuales. Además, para acompañar el trabajo docente en el contexto de la pandemia se organizó un ciclo de formación.

Las actividades del Programa Somos Música continúan desde marzo, con las adaptaciones y cuidados que exige la pandemia. El esfuerzo del equipo docente, coordinado por la Secretaría de Educación y Cultura de la Municipalidad, permitió sostener en estos meses el vínculo con niñas, niños y adolescentes que se habían inscripto en los ocho ensambles de instrumentos. Los ejercicios y la estrategia pedagógica se adaptan a las posibilidades de acceso a internet de cada familia.

En las últimas semanas, a las clases de instrumento, lenguaje musical y ensamble, se sumaron ensayos virtuales abiertos para volver a encontrarse grupalmente, compartir la música y disfrutar los avances que se logran incluso en estas condiciones que impiden las clases presenciales.

Este ciclo de pequeños conciertos en los que la participación es voluntaria, comenzó el 19 de septiembre con el ensamble de Guadalupe Oeste y siguió con los de Barranquitas, Alto Verde, Yapeyú, Santa Rosa de Lima y El Pozo. Quienes tienen dificultades técnicas para acceder a la sesión en vivo, pueden grabar su presentación y se reproduce para que todos puedan participar. El 10 de octubre será el turno de los grupos de Cabaña Leiva y Las Flores, y de la Orquesta del Programa, que reúne a adolescentes que hicieron sus primeros pasos en los distintos ensambles.

El acceso a dispositivos y conectividad sigue siendo el mayor obstáculo para el desarrollo del Programa, ya que solo el 55% de los 250 inscriptos tiene acceso a internet. En este sentido, la entrega de material didáctico y los instrumentos para poder practicar en casa, permitió en mayo mejorar las condiciones de enseñanza y llegar a más niñas y niños. Continuando esa acción, después del receso de julio se organizó una jornada para afinar los instrumentos de cuerdas y arreglar puentes entre otros mantenimientos que eran necesarios.

Prioridades

Javier Benítez es docente de violonchelo en los ensambles de Alto Verde y Cabaña Leiva. Para él, enseñar música en este contexto es un desafío que requiere adaptaciones donde “podemos desarrollar habilidades que tal vez antes no eran tan necesarias”. En esas adecuaciones, las tecnologías aparecen como una herramienta para mantener el vínculo con alumnos y alumnas, reconociendo que “hay conocimiento que no se puede transmitir en la virtualidad porque necesita del contacto humano, que es irremplazable”.

Frente a esta situación, cuenta: “cambié mis prioridades, dónde pongo el foco. Lo que me importa en primer lugar es que el alumno se pueda conectar, mantenga el interés en hacerlo. Me parece que lo más importante es poder sostener ese vínculo”. Aprender desde casa requiere mayor autonomía, disponer el tiempo para la clase y los ejercicios, que antes se ordenaban en el espacio donde funciona cada ensamble. “Me parece importante enseñarles a ordenarse, a ser más autónomos, cuando los horarios y el lugar ya no están tan pautados”, agrega el docente.

En Guadalupe Oeste, Melisa Abero enseña violín a 25 niñas y niños, y coordina el ensamble de instrumentos de cuerda, referenciado a la Escuela N° 38. Usa videollamadas de WhatsApp ya que es una aplicación a la que tienen acceso sus alumnos y alumnas, y que le permite comunicarse con varios a la vez “para que se sienta al menos esa situación grupal que en la presencialidad es lo habitual, y no estén tan solos en la clase”. La coordinación de esos encuentros la puso todavía más en contacto con las familias y su vida cotidiana: “el acompañamiento de las familias, y nuestro vínculo con ellas, se volvió esencial porque sin su apoyo es difícil sostener una actividad como esta, que es extraescolar”, destaca.

En la misma línea, remarca la coordinación y el compromiso de cada grupo de docentes que permite “saber si los chicos están participando en cada espacio de formación del programa, recordarles las actividades y hacer un seguimiento de sus progresos”.

Su propuesta para estos meses, sin apartarse del plan de estudios que es común a todos los ensambles, es que cada alumno proponga una canción que le guste. “Me parece importante que puedan aplicar los conocimientos a algo que los motive de manera especial, que en estos casos son las canciones que escuchan todos los días. Están ansiosos de aprender a tocarlas y para nosotros es un desafío”, contó.

Pensar las prácticas

También en esta etapa del año, a partir de una propuesta de la coordinación del Programa para pensar la práctica educativa en el contexto de la pandemia, se consultó al equipo docente acerca de inquietudes y temáticas que son de su interés para abordarlas con referentes de esas áreas. Así se idearon una serie de encuentros con aval de la Municipalidad, que les permitirá acreditar estas instancias en sus antecedentes. Comenzaron en las últimas semanas en modalidad virtual, y continuarán durante octubre y noviembre.

En el primero de ellos, con Iván Paciuk, se abordaron las herramientas para la realización y edición de videos con fines pedagógicos, teniendo en cuenta que las consignas se resuelven en su mayoría con esos recursos. Entre otros temas pudieron profundizar en cómo adaptar esos ejercicios a los recursos tecnológicos con los que cuenta cada niña o niño en su casa, y aprender a sincronizar los videos en una realización colectiva.

La profesora Adriana Quaglia, musicoterapeuta y referente del proyecto Sonando Vínculos, coordinó el segundo encuentro sobre propuestas inclusivas para la educación musical. En ese diálogo con los y las docentes se refirió a qué se entiende por diversidad funcional y cómo adaptar el trabajo en el aula a las distintas capacidades. Compartió experiencias de su trabajo con niñas y niños, escuchó las vivencias del equipo de Somos Música, les hizo devoluciones y aportes para pensar prácticas que den lugar a la diversidad en un sentido amplio.

El próximo encuentro será sobre lenguaje musical y enseñanza de canciones, y estará a cargo de la profesora Marisa Anselmo. También con un enfoque orientado a la práctica se referirá cómo enseñar una canción, resolver problemas de afinación, cómo abordar los cambios en la voz, entre otros temas sobre el canto en niñas y niños que están en edad escolar.

En la última reunión, la psicóloga Noralí Lozano se referirá al abordaje de las problemáticas sociales en la práctica docente, teniendo en cuenta la inserción territorial del programa y el objetivo de la actual gestión de fortalecer el vínculo con las familias y los barrios.

FuenteRDP / Prensa MSF
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