Así lo dijo el remisero y policía que estuvo detenido hasta el sábado. También mencionó que es la primera vez que usa su arma para repeler un ataque. «Soy conciente de que el proceso es muy largo y pueden pasar muchas cosas», agregó.
El pasado sábado, el remisero y policía Franco Rolón recuperó la libertad, tras estar unos días detenido por haberle disparado y matado a dos jóvenes que lo quisieron asaltar.
El hecho policial provocó una gran repercusión social y se abrió un fuerte debate sobre el tema, rodeado además de marchas y manifestaciones encabezadas por la familia de Franco, sus compañeros y compañeras trabajadoras del volante y la sociedad en general.
El sábado, luego de la audiencia de prisión preventiva, Rolón recuperó la libertad, pero la figura acusatoria pasó a ser «exceso de legítima defensa».
En diálogo con el programa televisivo Apto para Todo Público, el remisero dijo «estoy un poco más tranquilo, es algo que me cambió completamente la vida, nunca me imaginé que podía llegar a pasar por esto, es algo que uno cree que nunca puede pasar».
Recordó que «ese día empecé a trabajar a las 19 aproximadamente, y como a las 22 me mandaron a hacer un viaje por el sistema que nosotros manejamos en la empresa, cuando llegué al lugar no había nadie, luego me hicieron señas con la luz de un celular, me acerqué al lugar, se subieron dos masculinos, cuando estamos llegando a destino yo iba frenando, me dijeron que siga unas cuadras más, luego que doble a la derecha, le pregunté hasta dónde iban, hice un par de cuadras, me dijeron que frene y cuando lo hice uno de ellos me agarró del cuello, me apretó contra el asiento, y me puso un cuchillo, y el otro un cuchillo en la espalda, yo quería bajarme del auto, pero no podía».
Detalló que «uno de ellos me dijo ‘estás robado, te vamos a matar, te vamos a abrir como un sapo’, en ese momento temí mucho por mi vida, tenía mi arma en la cintura, la desenfundé, y en ese momento uno de ellos dijo ‘está enfierrado, matalo’, puse mi arma sobre el hombro derecho y disparé, todo pasó dentro del auto».
Luego «llamé al 911, dí aviso de lo sucedido, llamé al 107 porque uno de ellos había quedado tendido cerca de mi auto, para que lo asistan, llamé a mis padres».
Mas adelante relató que «como remisero hace cuatro meses que estoy trabajando y como policía hace cuatro años, trabajo en Villa Gobernador Gálvez, y en los momentos de franco me dedico a ser remisero acá, es la primera vez que repelí una agresión con mi arma».
En cuanto a las sensaciones que le produjo la detención, Rolón indicó que «el momento fue muy feo, por mi profesión sé lo que vive una persona detenida, pero uno nunca cree que va a estar del otro lado de la reja, no saber lo que va a pasar, si vas a salir o no, soy conciente de que el proceso es muy largo y pueden pasar muchas cosas».
Consultado sobre si está arrepentido, dijo: «no me arrepiento, en ese momento tuve mucho miedo y era mi vida o la de ellos, estaban jugados».
Romina, su novia también relató que «cuando recibí el llamado, lo único que pensé es en estar con él porque iba a estar mal».
En cuanto a la manifestación en apoyo a su persona y en reclamo de su libertad, Franco sostuvo que «jamás esperé que se juntara tanta gente para darme apoyo, fue algo increíble para mí».
En cuanto al momento pico de inseguridad que vive el gran Santa Fe, Rolón reflexionó: «la gente se cansó, se siente muy identificada con esto, está muy cansada de que los taxistas, los remiseros, salgan a trabajar sin saber si van a volver a sus casas, es muy injusto, mi compañeros no se sienten amparados».
En esta ocasión fue la primera vez que Franco debió usar su arma para repeler un ataque. «Hace dos meses que trabajo en Villa gobernador Gálvez en una comisaría, con anterioridad trabajé en el Comando Radioeléctrico de Rosario, tuve muchos procedimientos, persecuciones, muchos enfrentamientos, pero de otra manera», dijo y además confirmó que «mis compañeros me dijeron que están recibiendo amenazas».
