Una licenciada en letras y docente explicó algunos cambios en el lenguaje a partir de la irrupción del coronavirus en el mundo. También se refirió al término infectadura y al lenguaje inclusivo.

A esta altura resulta redundante y un lugar súper común mencionar que la pandemia y la cuarentena nos cambiaron la vida.

Pero contrariamente resulta sumamente atractivo detallar y detenerse en analizar, aunque sea parcialmente y en tiempos de medios de comunicación esas variantes que impuso la enfermedad que atraviesa el mundo.

La profesora y licenciada en letras Lucila Santomero, en diálogo con el programa televisivo Apto para Todo Público, brindó precisiones sobre los neologismos nacidos en esta etapa que convocó a todos y todas las habitantes del mundo.

«Los neologismos están siempre, pero esta vez aparecieron con una fuerza inusitada, en otras pandemias no hubo el intercambio actual que fomentan las redes», explicó la docente e investigadora.

«Es interesante el análisis de la formación de palabras, esos procesos no son nuevos, pero lo que cambia es la coyuntura en la que se producen», sostiene Santomero.

«Podemos describir lo que está sucediendo, estas palabras identifican este momento, son testigos, algunas quedarán, podemos reconocerlas, pero no sé si necesitaremos de su uso, por ejemplo infodemia», describió.

También mencionó que «los niños y niñas son unos de las y los principales inventores y usuarios de los neologismos».

Santomero también definió que «la reformulación del uso de los conceptos es darle nuevos significados a palabras ya existentes».

300

Consultada en cuanto a la instalación de la construcción «infectadura», utilizada en una carta política, firmada por 300 intelectuales, investigadores y militantes opositores al gobierno nacional, para definir la situación que perciben a partir de la cuarentena, Santomero especificó que allí también se claramente «el proceso de formación de una palabra», pero que «desde la lingüística no se intenta imponer normas o usos de la lengua, sino describirlas».

En cuanto al origen de los neologismos, la investigadora y docente aclaró que «muchos tienen que ver con la creación de verbos, que no sólo describen acciones, sino también procesos».

Todes

Consultada acerca del despliegue que viene teniendo el uso del lenguaje inclusivo, Santomero especificó que «es una propuesta completamente distinta a la incorporación del nuevo léxico porque intenta cambiar o agregar posibles paradigmas de género y eso tiene otra repercusión en el sistema».

«En este caso es una motivación política producto de un conjunto de luchas, que por supuesto no se van a resolver por la manera de hablar, sino que son una variante más», sostuvo.

También mencionó que «las instituciones que regulan nuestra lengua son monárquicas y hay que replantearse eso en términos de soberanía lingüística».

Por último, dijo que «el masculino genérico deja afuera a mucha gente y a otras personas que tienen decisión de autodenominarse de acuerdo a cómo se autoperciben, es el respeto hacia el otro».

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