Balazos, heridos, enfrentamientos, armas en el hospital Cullen fueron los denominadores de la crónica policial de los últimos días, ligada al sector más “picante” de la facción rojinegra. Las disputas de poder son elocuentes.

En noviembre de 2018, en ocasión de que algunos hinchas sabaleros viajaran a Sunchales para disputar la primera final de la Copa Santa Fe, se registró el primer enfrentamiento entre facciones de la barra. Ese fue el primer indicio, al menos público sobre lo endeble que estaba la relación de la parte más picante de la parcialidad rojinegra.

En los últimos días, el barrio Centenario lamentablemente volvió a ser el escenario de las disputas. Orlando “Nano” Leiva había sido atacado el 18 de mayo por “desconocidos” (según las versiones oficiales) desde una moto, a balazos en su casa. Los proyectiles que salieron del arma fueron varios, y dos impactaron en el abdomen de Leiva y en una de sus piernas.

Por este episodio fue internado en el hospital Cullen, donde estuvo alojado, como producto de haber sido alcanzado por dos balazos, hasta que el 24 de mayo obtuvo el alta médica.

Contra muchos pronósticos, Nano volvió a su casa y las hipótesis cargadas de sentido común indicaban que las probabilidades de la venganza eran altísimas. Pero al parecer, alguien con poder de decisión no tuvo el mismo cálculo.

Nano debió volver al hospital el 27 de mayo, producto de que la herida por la que había sido asistido primeramente no evolucionó como se esperaba. Al otro día, Colón jugó con River Plate de Uruguay y ganó por 3 a 1. De esta forma, selló su pase a octavos de fina en la Copa Sudamericana.

En el medio de toda la algarabía rojinegra, durante el partido, varios hinchas que asistieron a la cancha escucharon detonaciones que eran balazos. Mas tarde se conoció que tres integrantes de una familia recibieron balazos y puñaladas en la manzana 11 del Fonavi San Jerónimo, ubicado en las inmediaciones del estadio del Barrio Centenario. Mariana González, de 47 años, que está grave, y Camila Soledad Ríos, de 23, y Alejandro Rodríguez, de 48, con heridas importantes pero de menor riesgo de vida, permanecen internados en hospitales públicos.

Desde la institución sanitaria se explicó que a Rodríguez le dispararon en el antebrazo derecho, hombro derecho y manos.

La mujer alcanzó a balbucear a médicos y a policías que es tía de un tal «Chucky Ríos», y que sus lesiones habían sido realizadas por allegados del «Nano» Leiva.

Finalmente, en el Samco de Santo Tomé, ciudad vecina a esta capital, los médicos atendieron a Soledad Ríos y constataron que presentaba heridas de arma blanca en lado izquierdo del tórax y en el brazo izquierdo, y aludió a que las autoras del ataque habían sido mujeres familiares de Leiva.

Por si le faltara algo a esta zaga de hechos extrafutbolísticos, este miércoles por la mañana la policía detuvo a la pareja de Nano Leiva. La mujer intentó ingresar al Hospital Cullen con un cuchillo.

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